miércoles, 28 de agosto de 2013

Claves para valorar el potencial de una vivienda




Supongamos que estás buscando una vivienda, ya sea para comprar o para alquilar. Y supongamos también que estás cansado de ver casas y no sabes con cuál quedarte. O lo que es peor, ante una inversión que consideras trascendental te da miedo equivocarte. Pues bien, en este artículo te vamos a enseñar los aspectos que debes valorar en una primera visita para que no se te escape nada y asegures tu inversión.

 Evidentemente, el primer aspecto a valorar en cualquier caso es el coste económico, tanto en caso de compra como de arriendo. Supongamos que solo visitas casas que se ajustan a tu presupuesto.
Existen dos perfiles de comprador o arrendatario, el que busca una casa terminada o en relativo buen estado, digamos a falta de elementos decorativos, ambientación y mobiliario. Y el que busca una para reformar con el objetivo de adaptarla plenamente a sus necesidades, gustos y personalidad.
Para este último, el estado actual del inmueble no es tan importante como el “contenedor” en sí. En España este perfil es más habitual en la compra que en el arriendo, y considero importante desmontar un tópico existente en este concepto: un inmueble para reformar no quiere decir que esté semidestruido o sea de baja calidad.

1) Aspectos a valorar en un inmueble terminado

Distribución y superficie

Si bien la superficie total tiene importancia es un error valorar este dato de forma aislada. La superficie total, útil o construida, debe ser tenida en cuenta junto a la comodidad o virtudes que nos ofrece la distribución de espacios, que en el caso de una casa terminada es más importante que la propia superficie total.
No siempre el inmueble de mayor superficie se adaptará mejor a nuestras necesidades, si buena parte de la misma se desperdicia en espacios como pasillos o se destina a usos que para nosotros no son trascendentes. Por tanto, en inmuebles terminados, debemos valorar la distribución de espacios antes que la superficie total de la casa.

La mejor orientación no "es sólo una"

El aprovechamiento de la luz solar es de los factores que más positivamente se valora en una casa.
Pero erróneamente tendemos a valorar la orientación sur como “buena” y el resto como “malas”. Debemos pensar en la ubicación geográfica del inmueble y el “movimiento del sol” para esa latitud, y compararlo con nuestra forma de vida, horarios y preferencias.
Hay gente a la que le gusta levantarse con el sol en la cara: para estos casos la orientación este es la recomendada. En lugares calurosos y estancias estivales, quizá tu orientación idónea sea este o norte. Si prefieres lugares frescos y trabajo en casa, orientación oeste es la tuya.

Calidades y acabados

Aparte de aspectos de calidad en todo aquello que se ve y percibe podemos valorar otros que en el pasado se desatendían y sin lugar a dudas tienen gran importancia: los aspectos energéticos. Dada la obligatoriedad de emitir un Certificado Energético en todas aquellas viviendas en venta/alquiler podremos conocer y valorar en qué situación se encuentra este aspecto.

Posibilidades a la hora de amueblar

En este tipo de casas, este es, junto con algún detalle decorativo, el único ejercicio de imaginación o anticipación al resultado final. Quizás  cuando la visitemos, la casa esté vacía o con mobiliario que se retirará. Debemos hacer una composición final para anticiparnos al resultado futuro y valorar la viabilidad del mismo, sus pros y contras. Suele ser recomendable y muy ilustrativo hacerse con un plano del inmueble y colocar “encima” muebles de medidas estándar, aunque sea dibujando a mano alzada.

2) Aspectos a valorar en una vivienda para reformar

Antes de entrar en detalle te recomiendo una lectura muy apropiada si andas a la búsqueda de casa para reformar: 4 claves para la selección de materiales constructivos y acabados en una vivienda.

Superficies y volúmenes

A diferencia del primer caso, en casa para reformar cobra mayor importancia valorar una superficie total y distribución como espacio contenedor más que por estancias. Es importante analizar el espacio en tres dimensiones, con la altura, no sólo como elemento plano 2D. Todos estos aspectos serán tenidos en cuenta en base a posibilidades o potencial de cara a la futura casa.

Orientación

Exactamente lo mismo que en el caso anterior. Aunque ahora añadimos una nueva posibilidad a tener en cuenta: intervenir en la apertura de huecos en fachadas, si el caso lo permite, de cara a explotar las virtudes de la orientación solar que más nos convengan.

Instalaciones

Tendremos en cuenta el estado o existencia de las acometidas eléctricas y de agua, así como la instalación de saneamiento y ventilación. En muchos casos la posible reforma girará en torno a ello pudiendo estar el resultado final condicionado, sobre todo económicamente, al estado de las mismas.

Elementos estructurales

Localizaremos y estudiaremos todos aquellos elementos estructurales, por consiguiente no susceptibles de cambio, tales como pilares, vigas, muros o apeos. Al igual que en el caso anterior, podrían llegar a condicionar el proyecto final con una presencia importante, de ahí la necesidad de conocer sus pormenores.
Para terminar, responderé a una pregunta que me han hecho en multitud de ocasiones sobre qué tipo de casa recomiendo comprar o alquilar: nueva o para reformar.
Personalmente, no podría vivir en una casa que no fuese una extensión de mi personalidad. Si existe algo que se debiera adaptar plenamente a nuestros gustos, pasiones, costumbres o hábitos más elementales es nuestro hogar.
Difícilmente conseguiremos todas estas ventajas en una vivienda que no ha sido concebida para nosotros. Si bien una casa terminada también se puede adaptar, no sería tan flexible, y genéricamente podríamos decir que saldría más caro.
Dicho esto, mi postura y respuesta siempre es rotunda: vivienda reformable. No obstante cada cual debe valorar su caso particular y las posibilidades de adaptación del inmueble en cuestión.

lunes, 26 de agosto de 2013

"ALQUILER" lista de supervivencia para nuevos inquilinos



 
Las dudas entre comprar o alquilar son todo un clásico, como pudimos ver en una de nuestras últimas infografías. Pero, supongamos, que esa decisión ya está tomada: vas a buscar una casa para alquilar.
Quizá no se trate de una decisión de tan largo plazo como la de comprar, pero eso no lo convierte en una decisión fácil. Mudarse conlleva dinero, energía y un tiempo de búsqueda considerable. Por eso, si estás pensando en cambiar de casa (o en emanciparte) te recomendamos que no te dejes llevar por la primera impresión ni elijas por criterios poco racionales.
Aquí te dejamos con una lista de cosas imprescindibles para que medites y no te precipites al tomar ninguna decisión. ¿Se te ocurre alguna más? 


Antes de empezar a buscar
¿Te has planteado si de verdad perece la pena cambiar de casa o si es el momento de emanciparte? No te dejes llevar por un impulso momentáneo. Según en qué ciudades, el alquiler puede suponer un importante porcentaje de tus ingresos. Si la decisión está clara, empieza con la lista.
Cada persona tiene sus criterios: aunque en general la mayoría prefiere una casa con mucha luz, con una buena distribución de habitaciones, fácil de limpiar, etc., hay casos particulares en los que quizás prefieras una casa diferente (con menos luz, si estás poco tiempo en la vivienda; con una distribución especial en casos en los que se trabaje en casa, por ejemplo, etc.). 

Búsqueda

  Márcate un precio máximo.
  Acota la zona en la que quieres buscar.
  Piensa en las necesidades de espacio en un plazo de tiempo medio (1 – 2 años).
  Decide si la quieres amueblada o sin amueblar.

Estas preguntas, relativamente básicas, son las más importantes. Por ejemplo, los muebles no sólo suponen un cierto desembolso (algo que podrás comprobar echando cuentas en tiendas online), también serán algo que condicione futuros alquileres: las casas amuebladas ya no serán una opción tan válida. 

Revisando anuncios
  El anuncio cumple los requisitos iniciales que te has marcado.
  La casa tiene aire acondicionado (en caso de que vivas en una zona calurosa).
  La casa tiene calefacción.
  Buen estado de los muebles (en caso de quererla amueblada).
  La vivienda está bien aislada.
  Ten en cuenta el sobreprecio (en base anual) en caso de que el piso sea de agencia.

Si tienes poco tiempo, es importante que priorices: ¿de verdad merece la pena que vayas a ver esa casa? Si no encaja en tus criterios, ahorra tu tiempo (y el del casero o agente). 


Planeando la visita
  El casero o casera parece simpático.


Aunque en general no vayas a ver mucho al propietario una vez cerrada la transacción, es importante “calar” su personalidad: si surge algún problema necesitarás su ayuda. 

En la visita

  La realidad se ajusta a las fotos.
  Los electrodomésticos funcionan.
  Comprueba la luminosidad, debes hacer las visitas durante las horas de luz solar.
  Comprueba que están los electrodomésticos que deberían estar según el anuncio y su estado.
  Comprueba los interruptores.
  Comprueba el aislamiento.
  ¿Calefacción central?
  ¿Calefacción individual?

Si visitas una casa en verano seguro que te fijas en si la casa es “fresca” o no, en si hay aire acondicionado o no… Pero dentro de unos pocos meses llegará el invierno y te puedes arrepentir de que no haya calefacción.
En general, una casa “fresca en verano” es también “caliente en invierno”. En esto influyen muchos factores, desde la orientación a las condiciones de las ventanas.
Otra cosa: si la calefacción es central y la comunidad la paga el casero, podría ser un ahorro importante. 

Revisando las condiciones y negociando
 
  Los gastos de comunidad los paga el propietario.
  Pregunta si es necesario aval bancario.
  Hay contrato.
  Revisa las condiciones de la fianza (¿cuántos meses?).
  Ten en cuenta la comisión de la agencia (en caso de no ser piso particular).

Generalmente, sólo nos fijamos en el precio mensual, pero para poder comparar viviendas en igualdad de condiciones deberías tener en cuenta también:
  • Gastos de Comunidad. Normalmente la paga el dueño, pero es bueno asegurarse.
  • Aval bancario. Depende de la cantidad, puede ser un importante sobrecoste al mes. En caso de ser obligatorio tenlo en cuenta a la hora de calcular el precio final.
  • Comisión de agencia. Como norma habitual será un mes del importe de alquiler. Una forma sencilla de incorporarlo a tus cálculos es dividir el precio de un mes entre doce y sumarlo a la cuota mensual: te resultará más fácil comparar precios si “mensualizas” este gasto.
  • Fianza. Una parte de tus ahorros estará en manos de otra persona mientras dure el alquiler. Es algo a tener en cuenta: deberías tener unos ahorros extra para imprevistos y contar con que no podrás invertir o gestionar ese dinero. Un mes de fianza es lo habitual, más de dos suele ser algo exagerado.

Es la casa, ¿qué más debería mirar?

  Revisa el contrato con algún experto.
  Pide los datos del seguro de la vivienda.
  Realiza un inventario de lo que hay en la casa junto al casero.
  Guarda a mano los datos de contacto del casero.

Si ya te has decidido por una casa, que cumple tus criterios y tus necesidades, has revisado las condiciones y crees que es la adecuada, ya sólo te queda revisar los últimos flecos.
Es importante tener el contacto del propietario a mano, nunca se sabe cuándo lo necesitarás. 


Para cualquier duda o asesoramiento, info@ipveuropa.com o a través de www.ipveuropa.com

¿En qué hay que fijarse para elegir un buen seguro del hogar?




Probablemente nunca realizarás una inversión tan importante como la compra de una casa o quizas tengas una vivienda en arrendamiento. Hablamos de mucho tiempo y dinero, de modo que deberías estar preparado para los accidentes que afecten a su valor y a tu calidad de vida. Ese es el objetivo de cualquier seguro del hogar o seguro multirriesgo, como ahora suelen denominarlo las compañías.





La oferta es amplia y variada, tanto en cobertura como en precio, aunque hay algunas ideas generales que deberías tener claras para poder elegir el que mejor se ajuste a tus necesidades. IPVEUROPA
te asesora según las diferentes coberturas.
  • Por responsabilidad civil. Es el más básico y el más económico, similar al seguro a terceros de los vehículos: solo cubre los daños provocados a otros vecinos por accidentes de los que tú seas responsable (inundaciones por una rotura de tus cañerías, incendios por la mala conservación de tu instalación eléctrica…). La compañía aseguradora deberá reparar los desperfectos ocasionados y también hacer frente a las indemnizaciones si se producen daños personales. En estos casos, la cuantía puede ser muy importante, por lo que debes cerciorarte de que la responsabilidad civil de tu seguro es lo bastante elevada. Si no, tú tendrías que pagar la diferencia. La Organización de Consumidores y Usuarios aconseja que la cantidad cubierta sea de, como mínimo, 300.000 euros.
  • Por daños del continente. Para asegurar todo el bien inmueble, es decir, paredes, suelos, ventanas, instalaciones básicas… (pero no los bienes personales que hay dentro). Sin embargo, la variedad en este seguro es grande: desde la cobertura total ante cualquier tipo de incidente y por una cuantía ilimitada hasta los que contemplan exclusiones importantes. Por ejemplo, algunos no cubren los daños por robos o los provocados por negligencias. A más exclusiones, más económico es el seguro.
  • Por daños del contenido. Quedan asegurados los bienes personales y enseres domésticos declarados, con cláusulas especiales para los de especial valor (joyas). La obligación de las compañías es repararlos o compensar su pérdida. Y en este último punto surgen las diferencias. Lo correcto es que la compensación económica por un bien sea atendiendo a su valor en el mercado, como si fuera nuevo, pero muchas aseguradoras especifican que sería sobre su valor real, descontando la depreciación por el uso.
  • Por defensa jurídica. Con esta cobertura, la compañía se hace cargo de todo lo relacionado con disputas en los tribunales originadas por daños en las propiedades, además de la defensa penal.
Dos consideraciones más muy importantes a la hora de contratar un seguro multirriesgo:
  • Comprueba si la compañía aplica al seguro la llamada ‘regla proporcional’, por la cual la casa queda cubierta solo en proporción a la cuota que se paga, y la cuota a su vez depende de los metros cuadrados de la vivienda. Por lo tanto, tienes que asegurarte de que tu vivienda está asegurada por el valor del mercado. Si vale 100.000 euros y la aseguras por 60.000, solo te cubrirá esa cantidad. El resto será valor perdido o tendrás que hacerte cargo tú de la diferencia.
  • Si resides en un edificio, antes de contratar un seguro por el continente infórmate de las características del seguro de la comunidad de propietarios. Tal vez tenga una cobertura tan amplia que no sea necesario que tú contrates uno individual.
Y un último consejo, contrata con compañías fiables y eficaces. Busca, compara y pide referencias. Porque no solo se trata de que cumplan con el contrato, sino que lo hagan en plazos razonables y con la mínima calidad exigible. Para cualquier duda o información info@ipveuropa.com