Pero cuando una vivienda se alquila se generan muchas dudas sobre quién paga cada cosa, más allá de la evidencia de las cuotas mensuales. El inquilino se pregunta hasta dónde es justo que asuma ciertos gastos. Conviene saber qué es lo que dice la legislación al respecto. Cada uno debe asumir unos gastos, pero no siempre queda claro cómo repartirlos.
LAS POLÉMICAS MÁS FRECUENTES
1) Lo que diga el contrato:
Leer bien el contrato de arrendamiento antes
de firmar es esencial: lo que ponga
ahí es lo que cuenta. La Ley impone cada vez menos reglas, pero
se aplica en lo que no precise el contrato. El casero paga las averías de la
lavadora, la caldera, etc.
2) A no ser que en el contrato de alquiler se diga lo contrario,
así se reparten los gastos:
Casero: paga el IBI, la comunidad de vecinos,
la tasa de basuras, el seguro de la casa y seguros de mantenimiento
(caldera...).
Inquilino: paga todo lo que puede
medirse con contadores individuales (el agua, la luz, el gas, el teléfono...).
3) Más dudas puede haber cuando se rompe algo
En esos casos: Inquilino: paga
los daños que él o sus visitas causen a la vivienda alquilada (por ejemplo: un
cristal). Para estos imprevistos viene bien contratar un seguro especial para
inquilinos. Se ocupa también de los pequeños gastos por el uso cotidiano del
piso: cambiar una bombilla o la puerta de la lavadora, arreglar la cadena del
baño o la correa de la persiana... Casero: paga las averías de la lavadora, la
caldera, etc. Solo se libra de esto cuando es una avería mínima (un piloto, un
filtro...) o si se demuestra que la culpa ha sido del inquilino.
Al casero le recomienda contratar
un buen seguro: una manera de cuidar al buen inquilino En torno a las
responsabilidades del alquiler pueden surgir todo tipo de cuestiones. Unas más
claras (el inquilino será responsable si llega una denuncia por ruido), otras
más peliagudas (una inundación puede ser culpa del inquilino porque se dejó el
agua abierta, de las tuberías del piso o de las de la comunidad... el inquilino
sería responsable en el primer caso, el propietario en el segundo y la
comunidad en el tercero).
4) Dos consejos finales para el uno y el otro
Al casero le
recomienda contratar un buen seguro. Ser tacaño con las pequeñas cosas puede
salir caro. Hoy en día un inquilino que sea buen pagador es un tesoro. Toda
casa tendrá reparaciones necesarias de las que deberá ocuparse. Al inquilino le
recuerda que si el propietario ve que paga puntualmente y cuida de su vivienda,
será mucho más receptivo a la hora de negociar para que el alquiler no suba (o
incluso para bajarlo).